sábado, 28 de mayo de 2016

Teobaldo Power "Cantos Canarios"



Descendiente de comerciantes irlandeses y de padre militar, destaca desde muy joven por su extraordinaria habilidad frente al piano y como compositor. Fue un niño prodigio capaz de sorprender a los intelectuales de la época. En 1858 se traslada a Barcelona, en donde es discípulo del compositor Gabriel Balart. Cuatro años más tarde se traslada a París para realizar sus estudios musicales de piano con Marmontel y de Armonía con Elwart, que concluye con tan sólo 18 años.1 Desde entonces comienza su meteórica carrera que lo hará pasar por Tenerife, Gran Canaria, Cuba, Madrid, Lisboa, Madeira, Málaga. Entre estos viajes y debido a su delicada salud pasa una temporada en su Tenerife natal, concretamente en el pueblo de Las Mercedes (San Cristóbal de La Laguna), donde compone los Cantos Canarios, trascendental e irreemplazable texto musical en la cultura canaria, que recoge fragmentos de los más famosos aires populares de las Islas y adapta a la música clásica con gran acierto. El estreno de esta obra se produce en agosto de 1880, momento desde el cual se erige como todo un símbolo de la identidad musical de Canarias. De ahí, que actualmente se establezca como Himno de la Comunidad Autónoma de Canarias la melodía correspondiente al Arrorró de los Cantos Canarios de Teobaldo Power.

En el año 1882 se presenta, casi simultáneamente, a la prueba de oposición como profesor numerario de la Escuela Nacional de Música y Declamación de Madrid, y a la de 2º Organista de la Capilla Real. Consigue las dos plazas que, en aquel momento, eran las dos más codiciadas del país.2

Murió con tan sólo 36 años aquejado de tuberculosis, una muerte prematura que le sobrevino en la plenitud de su vida como creador, concertista y pedagogo.

Teobaldo Power escribió los Cantos Canarios como obra para piano y posteriormente la orquestó. Parece que la compuso aprovechando una estancia en Tenerife, en contacto con la naturaleza poderosa del monte de Las Mercedes, en La Laguna, donde se recuperaba de su delicado estado de salud. Para ello, recogió fragmentos de los más famosos aires populares canarios y los adaptó a la música clásica. Desde su estreno, en el que él mismo dirigió a la Sociedad Filarmónica de Tenerife, disfrutó de un éxito inmediato y de la identificación de la audiencia canaria.



El propio Teobaldo Power estrenó la adaptación para orquesta en 1883 en Madrid. Fue himno de Canarias mucho antes de que se decidiera crear un himno para Canarias. Cuando se tomó la decisión, fue la orquestación del Arrorró realizada en la obra de Teobaldo Power la base para el nuevo himno. A través de ella la música popular llegó a las audiencias más selectas: todos se pudieron sentir identificados.





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